Mario Irarrázabal 1940 | escultor chileno

Mario Irarrázabal 1940 | escultor chileno
Mario Irarrázabal, b. Santiago 1940, es un escultor chileno . Estudió filosofía y el arte de 1960-1964 en la Universidad de Notre Dame, IN, y teología en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, del 1965-1967. En 1968 continuó sus estudios con el escultor alemán Otto Waldemar. Expuso por primera vez su obra en Chile en 1970, en consonancia con la figura humana para expresar la injusticia, la soledad, la impotencia, el dolor y la tortura, en su sentencia de 1978; Valparaíso, Mus. Mun. Favorecer un BA franqueza de expresión en sus bronces, por los que utilizan el proceso de la cera perdida, trató de dejar huellas visibles de texturas y de las marcas hechas en la manipulación del material. Él utilizó la desnudez del cuerpo humano, a veces desgarrada o con proporciones exageradas, el torso es a veces excesivamente grande en relación a los brazos y las piernas, para enfatizar su vulnerabilidad e indefensión, lo que refuerza esta impresión por su elección de las posturas. Ya sea propenso, recostado, sentado o de pie, la figura se caracteriza siempre por la forma determinada en que se celebre la cabeza, que completa el efecto expresivo.


Parece que la extremidad de un hombre gigante, enterrado por una monumental tormenta de arena. En el desierto de Atacama de Chile Desierto, a 75 km al sur de la ciudad de Antofagasta, un espectáculo extraño e inesperado enfrenta el ojo: cuatro dedos, el pulgar y una parte de una palmera, que emerge de la arena. En contraste con el azul del cielo, esta mano gigante surrealista, por supuesto, no está hecho de carne sino de piedra. Se llama "Mano de Desierto" , o " Mano del Desierto ", es una obra de arte que llama a aquellos que lo ven como ningún otro.
En el verano de 1982, en la ciudad uruguaya de Punta del Este, un taller de escultura al aire libre se llevó a cabo. Varios artistas participaron en el evento, entre ellos, un artista chileno Mario Irarrázabal joven llamado, que ha elegido la playa para construir su obra de arte, a diferencia de sus compañeros, que prefirieron desarrollar su trabajo en la ciudad. El lugar inspiró al escultor, quien diseñó y construyó, en sólo seis días, una colosal escultura que representa a los dedos de una mano de alguien ahogándose. Irarrázabal utiliza sobre todo concreto, el fortalecimiento de la estructura con barras de acero y una malla metálica y cubriéndolo con un plástico resistente a la corrosión.
La expresividad de sus logros fue tal que fue nombrado al instante El Monumento al Ahogado, o simplemente, La Mano (The Hand) , y permanece en el mismo lugar para el día de hoy, mientras que otras esculturas han sido olvidados. Sin embargo, su impacto fue fomentada cuando el escultor hizo copias de la mano para colocar en otros lugares del mundo, como Madrid y Venecia. En el año 1992 e hizo otra copia, esta vez para colocar en su tierra natal, Chile. Esa es la mano colosal que podemos ver en el desierto de Atacama y el que las arenas del desierto hacen tan inquietante.

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